En la década de los 80’s los profesionales del marketing y la publicidad corrían el riesgo de desaparecer. Un mercado invadido por un boom de cursos rápidos y gratuitos de publicidad y mercadeo permitía que los principales gerentes y dueños de las compañías crearan ellos mismos las campañas publicitarias de sus empresas.
Composición del poster, creación de comerciales para televisión, fotografía de producto con dummies, creación tipográfica, redacción de slogans, eran algunos de los cursos más destacados.
Toda una parrilla de opciones que le ahorraban mucho dinero a los empresarios de la época. Aparentemente solo a cambio de su valioso tiempo e interminables jornadas nocturnas de creatividad.
Esta ola autodidacta acelerada, dejaba a los profesionales del sector sin la posibilidad de entregar al mercado campañas llenas de genialidad y comerciales con producciones tan similares a obras maestras del cine, dejando los premios de los grandes festivales en las estanterías y la persuasión del público a la deriva.
Sin duda una grotesca historia poco cercana a la realidad de una época dorada de la publicidad y el mercadeo tradicionales, antes de la llegada del mundo digital.
De la satírica historia quisiera traer y comparar con nuestra actualidad, esta vez una realidad, la amplia oferta de cursos de marketing, diseño y publicidad al alcance de todos, en su mayoría cursos dirigidos a empresarios no necesariamente del sector.
Esta no es una postura en contra de los cursos, al contrario, si algo positivo nos ha traído el libre acceso y universalidad de la información, es la posibilidad de aprender sin barreras geográficas, temáticas, de horarios y en muchas ocasiones la gran ventaja de aprender de los mejores.
Lo que realmente me preocupa es el desmedido afán de que los mismos empresarios auto gestionen todas sus acciones en canales digitales, como si eso fuera poco o fuera simple. ¿Acaso no suena ilógico como el ejemplo inicial?
Por supuesto que las herramientas actuales están cada vez más a nuestro alcance y esa es la maravilla del mundo digital, pero vale la pena revisar el enfoque y diferenciar lo estratégico de lo netamente técnico.
En mis entrenamientos de marketing en digital insisto a los empresarios y los cuestiono: ¿se ven trasnochando, diseñando su próxima campaña en Instagram?, ¿montando una landing page? ¿comprando palabras clave en Google Ads?
¿De cuándo acá en cursos de dos o cuatro horas se forman profesionales capaces de destacar y competir en un mundo sobre informado, y de paso tengan la capacidad de comunicar integralmente, aparte de sus quehaceres diarios en sus compañías construyendo campañas notables de forma omnicanal?
¿En dónde queda el papel de los verdaderos especialistas? como cualquier disciplina el marketing en este caso digital requiere estudio, práctica, experiencia y sobre todo trabajo en equipo, multidisciplinariedad para conseguir resultados de alto nivel.
Insisto, no está mal aprender y capacitarte, pero si eres empresario no aprendas marketing digital, no desde lo técnico, hazlo desde una visión holística y estratégica, para poder saber lo que necesitas, a quien necesitas y cómo vas a medir el trabajo que necesitas.
“Hazlo desde una visión holística y estratégica”
Por último, una analogía para no olvidar: así como en nuestras empresas debemos saber leer un estado de resultados sin tener que ser contadores o financieros, en digital vale la pena saber trazar rutas estratégicas, saber leer resultados y KPI´s (key performance indicators) por supuesto sin necesidad de tener que convertirnos en esos “contadores” en este caso en recolectores de cursos o toderos marketeros.
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